En terapia me Acepto

23.10.2017

Hay momentos en mi día a día en que siento que centro toda mi energía en observar cómo las personas que me importan no me tienen en cuenta, se aprovechan de mí, no se ponen en mi lugar y en cómo yo sufro al estar en su compañía, le doy vueltas y vueltas a estos pensamientos, me coloco en una posición de queja y de frustración constante, a veces siento malestar y rencor, sólo me dan ganas de dejar esa relación que me hace sentir infelicidad.
A la vez hay una parte de mí, contradictoria, que en otras ocasiones me indica y me hace percibir que en algunos aspectos siento la necesidad de mantener esa relación con esas personas, que necesito cuidar ese vínculo, que hay ocasiones en que sé que me aporta sensaciones y sentimientos de afecto y unión.
Esta especie de polaridad en la que me encuentro me hace sentir culpable por tener esos pensamientos negativos y se incrementa aún más la lucha interna, por lo que me siento sin capacidad de tomar decisiones que me dejen en paz conmigo misma/o.

Gracias a mi proceso de psicoterapia me siento acompañado/a para explorar esas diferentes partes de mí misma/o, siento la empatía de mi terapeuta al escucharme y su aceptación de esas partes en contradicción, dejo de sentir culpa.
Comienzo a tener una perspectiva más amplia de mí mismo/a, comienzo a escuchar, comprender mis necesidades y a respetármelas.
Comprendo cuáles son los sentimientos que me llevan a pensar de una manera u otra, tomando conciencia de cómo provocan sensaciones físicas angustiosas y de tensión o sensaciones de calma y conexión.
Amplío mi visión sobre cómo las personas que me importan también parten de su propia realidad e interactúan en función la misma.
Aprendo a soltar y dejar ir las expectativas que pongo en los/as demás, por lo que dejo de frustrarme porque no las cumplan.

Esperanza Donaire